Y así se nos fué, recostado en la cama blanca del hospital, manchada con la sangre de la golpiza que le propinaron por salir sin pagar la cuenta. Si. así vivía él. No importó que aquella noche se robara, aparte del vino, todos los aplausos por haber pintado a Jeanne embarazada. No importó la carrera que dimos desde su casa hasta el hospital en aquella carretilla de madera bajo la nieve. No importaba que Pablo reconociese por fin su talento, e incluso lo alabara en un lienzo.
Esa tosecilla se lo llevó. Y se llevó también a Jeanne.
Una vez lo vi bailar bajo la estatua de Balzac. Su rostro era tan bello y sus brazos tan alegres.. Sostenía la botella de vino y sus pasos describían la canción que él llevaba dentro.
Peter La Anguila
Hace 2 meses.
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