jueves, 27 de agosto de 2009

El abuelo

El Abuelo entraba a la cocina, se servía menudo con pan y limón y contaba sus andanzas.
El abuelo iba a la ferretería, compraba nuevas pajas y las instalaba en el viejo cooler.
El abuelo se sentaba fuera, con un vaso de limonada. Aguantaba el calor y no se quejaba.
El abuelo ayudó a construir la secundaria, nunca tuvo un coche y se manejaba en bicicleta.
El abuelo se reía con sus nietos, platicaba de su padre cuando niño y de cómo dejó su ciudad.
El abuelo había enterrado a su padre, a su esposa y a su hija. Quizá eran demasiadas cosas ya.
El abuelo bebía cerveza, cantaba canciones y pedía una bonita.
El abuelo tomaba café, y le gustaban las tortas de la esquina. Iba al mercado y caminaba en la mañana.
El abuelo era de Huépac, creció en Cananea y vivió en Hermosillo.
Un día el abuelo dejó de respirar. Dejó el calor ardiente y a una familia llorando.

Que le pongan una bonita al abuelo.

martes, 25 de agosto de 2009

Al lado del camino

Me gusta estar a un lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa. Me gusta abrir los ojos y estar vivo, tener que vérmelas con la resaca. Entonces navegar se hace preciso, en barcos que se estrellen en la nada, vivir atormentado de sentido
creo que ésta, sí, es la parte mas pesada.

En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos, en tiempos egoístas y mezquinos, en tiempos donde siempre estamos solos, habrá que declararse incompetente, en todas las materias de mercado. Habrá que declararse un inocente o habrá que ser abyecto y desalmado.

Yo ya no pertenezco a ningún istmo, me considero vivo y enterrado. Yo puse las canciones en tu walkman, el tiempo a mi me puso en otro lado. Tendré que hacer lo que es y no debido, tendré que hacer el bien y hacer el daño, no olvides que el perdón es lo divino y errar a veces suele ser humano.

No es bueno nunca hacerse de enemigos, que no estén a la altura del conflicto. Que piensan que hacen una guerra y se hacen pis encima como chicos, que rondan por siniestros ministerios haciendo la parodia del artista, que todo lo que brilla en este mundo tan sólo les da caspa y les da envidia. Yo era un pibe triste y encantado de Beatles, caña Legui y maravillas. Los libros, las canciones y los pianos, el cine, las traiciones, los enigmas, mi padre, la cerveza, las pastillas, los misterios el whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios, el hambre, el frío, el crimen, el dinero y mis 10 tías me hicieron este hombre enreverado.

Si alguna vez me cruzas por la calle, regálame tu beso y no te aflijas, si ves que estoy pensando en otra cosa, no es nada malo, es que pasó una brisa, la brisa de la muerte enamorada, que ronda como un ángel asesino. Mas no te asustes siempre se me pasa, es solo la intuición de mi destino.

Me gusta estar a un lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa. Me gusta regresarme del olvido para acordarme en sueños de mi casa. Del chico que jugaba a la pelota, del cuatro nueve cinco ocho cinco. Nadie nos prometió un jardín de rosas, hablamos del peligro de estar vivo.

No vine a divertir a tu familia, mientras el mundo se cae a pedazos.

Me gusta estar al lado del camino, me gusta sentirte a mi lado.

Me gusta estar al lado del camino, dormirte cada noche entre mis brazos.

Al lado del camino
es mas entretenido y mas barato.

Al lado del camino - Fito Páez

miércoles, 19 de agosto de 2009

Colecciono

Colecciono besos que no se besan.
Abrazos que no se abrazan.
Momentos que no suceden
y pensamientos no pensados.

Colecciono canciones.
Silbidos del aire,
sonidos de espuma.

Colecciono frutas
y abejas mieleras.

Que algún día te daré.

viernes, 14 de agosto de 2009

Depósito en ventanilla

-Buenos días señor, ¿qué operación desea realizar?- Dijo el muchacho del banco, que estaba a un lado de la maquinita esa, donde presionas un botón, que, invariablemente cuál sea, te imprime un pedazo de papel con el número de tu turno en letras bien negras, para que no se te vaya a pasar. Pensaba yo en que quería hacer un depósito, sesenta pesos, no da flojera? Digo, salir de casa, conducir 5 minutos de ida y 5 de vuelta, otros cinco en espera, 3 para que me atiendan y me pregunten ¿Desea realizar alguna otra operación? Yo sólo quiero un depósito en ventanilla, quiero realizarlo ya porque de otra manera no podré enviar el número de autorización por correo electrónico, entonces, no me reexpedirán mi pedido del martes, entonces no podré recibirlo hoy y no podré entregar sus productos a mis clientes con la consiguiente no cobranza y mi fin de semana austero, por no decirlo mas feo. Sin contar que mi suegra se quedaría sin su pastel de cumpleaños, que pensándolo bien, es lo único que ahorita me preocupa. -Buenos días señor, ¿qué operación desea realizar?- Eh, si. Depósito en ventanilla por favor.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Hoy

Hoy me levantaría e iría a correr. Parece que será una linda mañana. Volvería y desayunaría mi malteada de suplemento alimenticio, mi madre. Luego me metería a bañar, y claro, cantaría alguna canción que tenga en mi teléfono. Acaso la misma de siempre. Luego me cambiaría y escribiría sobre alguna situación medio interesante, o por lo menos no aburrida. Vería las noticias de medio día e invitaría a Bianca a comer. Por la tarde, iría a la papelería. Necesito tinta para la impresora y plumas negras. En la tarde iría a por un café, estilo maná creo yo. No sin antes haber sacado mi bonsai a que le pegue el sol de la tarde. Volvería ya noche para terminar de escribir mi artículo de los jueves, quizá durante el café surja alguna idea interesante. Publicaría mi artículo y escucharía música mientras escojo la película que veré en la noche. Tal vez Fito Páez, Mi vida con ellas. Y claro, escogería Modigliani para ver en la noche. Encargaría comida china y cenaría solo. Un vaso de agua, la pijama y me recostaré para terminar de leer el libro que me regaló mi hermana. Apagaría la luz y haría de dormirme.

Pero me ahorraré el levantarme.

lunes, 10 de agosto de 2009

Bonita

Las flores, por su tamaño se dividen en grandes y en chicas.
Por su color, en blancas y de otros colores.

Eh, por su olor, en perfumadas y wartecolorsadas.

Ahora, atendiendo a los pétalos, que es lo que cuesta,
las flores se dividen en caras y en baratas.

Las baratas ya no se consiguen ni en la Lagunilla.
Oiga, con lo caro que están las cosas verdad?
Porqué será oiga? Válgame Dios.

Las caras se dividen en tristes y en risueñas, en amables y diseñosas, en feas y en bonitas, en prietas, güeras, rubias, trigueñas y albinas.

-Pero oiga usted-

Calmantes que todavía no acabo..

Viva Tin Tan!

viernes, 7 de agosto de 2009

Una vez lo ví bailar

Y así se nos fué, recostado en la cama blanca del hospital, manchada con la sangre de la golpiza que le propinaron por salir sin pagar la cuenta. Si. así vivía él. No importó que aquella noche se robara, aparte del vino, todos los aplausos por haber pintado a Jeanne embarazada. No importó la carrera que dimos desde su casa hasta el hospital en aquella carretilla de madera bajo la nieve. No importaba que Pablo reconociese por fin su talento, e incluso lo alabara en un lienzo.

Esa tosecilla se lo llevó. Y se llevó también a Jeanne.

Una vez lo vi bailar bajo la estatua de Balzac. Su rostro era tan bello y sus brazos tan alegres.. Sostenía la botella de vino y sus pasos describían la canción que él llevaba dentro.

jueves, 6 de agosto de 2009

Si te gustan mis alas

Quiero hacer algo diferente, sabes?

Los mismos pasos de baile de los sábados me tienen enfadado. Las cenas caras de los viernes me desesperan, apenas y puedo probar el tequila y me facturan doscientos pesos.

Necesito acción, cambiar de aires, correr, volar. Oír música nueva, experimentar en nuevos lugares, con personas nuevas, quiero sentir el calor otra vez, esta monotonía del invierno frente a la chimenea me está matando.

Estoy harto de tus amigas, que fruncen el ceño cuando me desvío del camino. De las relaciones sociales, ven, te voy a presentar a fulanito. De las cenas en familia, donde la libertad de expresión se traduce a aflojarme la corbata ya para irnos.

Necesito que me dejes respirar. Quiero volver al barrio, ver a mis viejos, a mis amigos y tomar fotos, muchas fotos. Escribir un par de líneas y seguir mi camino, mi ruta a ninguna parte. Sé que en ésa misma ruta te encontré. Pero hoy me he enfadado.

Si te gustan mis alas, no te empeñes en cortarlas. -Ana

miércoles, 5 de agosto de 2009

Adios

-¿Y entonces?-

No.

-¿Porqué no?-

Porque no.

-Pero, ¿porqué? Dame una razón-

Ah, ¿quieres una razón?

-Si. Dime porqué no-

Porque no eres auténtica.

lunes, 3 de agosto de 2009

Una promesa

Y cuando al fin te quise ver, ya no estabas. Sólo de ti veía la caja gris, de metal. Con tus flores encima, que no quise ni mirar.

Estabas tan inmóvil que pude asegurar que ningún alma habitaba ya en tu cuerpo. Todos lloraban, pero yo.. bueno, ya me conoces.

Estaba ahí, queriendo acompañarte. Queriendo que quisieras que estuviera ahí contigo. Sentía vértigo, te lo jurito. Sentía la ausencia de ti y el exceso de personas.

Me senté por ahí, a tratar de aclarar mis pensamientos. Cuáles pensamientos? Si sólo pensaba en que no volería a verte. Y eso no cambiaba mucho las cosas.

Miraba tu caja gris, tus flores blancas y la banda con letras doradas, '..de los que te quisimos..', rezaba.

Y de pronto como si ya me lo esperara, como si lo oliera o si ya lo supiera, ví tu soporte. El armazón de aluminio que detenía tu pesadez.

La imágen que a pesar de su no aceptación en los ritos correspondientes a la situación, había logrado introducirse por lo menos durante 100 años o más. Y mira de qué manera, como un par de buenos pilares.

Tuve la visión de la resurrección. El cajón con tu muerte ya no parecía tan gris. Las flores blancas habían dejado de marchitarse.

En algún lugar, ese par de triángulos encontrados, harían de las suyas. Tal vez volvería a verte, después de todo. Aunque dudo mucho que tu me reconocieras en dado caso.

A ti, mi cielo, volvería a encontrarte aquí, en la tierra.

Un tal Ignacio Sánchez

Caminaba cansado ya, de tanto ir y venir, de tanto calor y de tanto no comer. Sentía la sed que casi quemaba mi garganta, y mis pies se habían puesto más pesados de lo normal, y eso que traía mis tennis ligeros.

Cuando ví el emporio hamburguesero frente a mí, decidí, por no dejar sentida a mi abuela, entrar a comer. Estoy en contra de la comida chatarra, pero vamos, el hambre es canija.

Entramos, mi abuela y yo pedimos nuestra hamburguesa de regla, que como siempre que vamos a gastarnos nuestros centavos de níquel, y nos sobran un par de Abrahames, disfrutamos como si de un buen bistec se tratara. Comidas americanas, sin chiste, como siempre. Gringos salados, diría mi abuela.

Servíamos nuestra bebida, con agua dura que parecía mineral y nos sentamos a la mesa a ingerir los sagrados alimentos. Uno a la vez, un sorbo y a descansar.

-Qué feos pintan a los mexicanos- Dijo mi abuela.

-Ha de ser por feos- Le contesté.

No terminaba de entender el porqué de la afirmación de mi abuela. Me levanté a por más bebida, cuando lo ví.

Un tal Ignacio Sánchez, un cuadro colgado en la pared que había pinado un tal Rivera. No pariente, allá por el '27. Un mexicano, que sí que era feo.

Sabría mi abuela que de la mente de un mexicano feo salió el tal Ignacio Sánchez?

domingo, 2 de agosto de 2009

Luto (I)

A que no te imaginabas que tu hija iba a llorar tanto.

A que no te imaginabas que tu nieta iba a estar destrozada.

A que no te imaginabas que tu esposo, ése que quedó ciego
iba a pedir que lo enterraran contigo.

A que no te imaginabas que tu yerno cargaría tu caja hasta el final.

A que no te imaginas cuántas flores llegarían para ti.

A que no te imaginas cuánta gente iba a ir a despedirse.

A que no te imaginas que el sol se mostraba y ocultaba intermitente.

Como dándote su último brillo.
Como si en su tintineo, reflejara
toda la angustia de los presentes,
la impotencia de tu hija, el vacío,
que dejaste.

Adiós.