Y ahí estaba yo, sentado en la sala, bajo el gran vitral, que brillaba por su ausencia. Mirando hacia el cielo, viendo la lluvia caer y alumbrado por los relámpagos de la tormenta, y por la pálida brasa rojiza de mi cigarrillo.
Colgué el teléfono, tenía a Lucy en mi cabeza.
Y entonces pensé en ti.
Peter La Anguila
Hace 2 meses.
2 comentarios:
Cuando hay lluvia, las cosas siempre saben mejor.
No me puedo quejar, hoy por la tarde por fin me tocó mi pequeño aguacero :)
Bueno, depende de la intensidad de la lluvia.
Digamos que con una leve lluvia, los pensamientos se lavan de ese polvo que el día a día vamos acumulando, quedando solamente lo que es importante.
Y es ahí cuando empiezo a escribir.
Saludos.
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