domingo, 5 de julio de 2009

Domingos

Y entonces lo ví. Cojeaba del pié derecho. Traía un sobretodo negro hasta debajo de la cintura, unos tennis medio trozados que solían ser blancos, unos jeans azules con una mancha color marrón en la espinilla derecha. No iba peinado, o por lo menos no lo aparentaba: un mechón hasta la ceja izquierda y en la parte derecha casi nada de cabello, en la parte derecha el cabello le cubría la oreja, en la parte izquierda la oreja se podía ver sin problemas, pues tenía el cabello hacia adelante.
Será él? -Pregunté. No, no puede ser él. Aunque estaba solo debajo de aquel auto color gris, oí claramente una voz que me dijo no, no puede ser el.
Miré hacia la derecha y ví la banqueta, voltee hacia adelante y volví a verlo, vi hacia la izquierda y vi un par de zapatos negros y un pantalón de vestir también negro. A quién se le ocurriría andar de vestir hoy? -Me pregunté. Está lloviendo! Tardé un intervalo sin limitación de tiempo en darme cuenta de que estaba frente a la casa de un policía, no había caído en cuenta de que el pantalón tenía unas franjas cafés por el lado de afuera por asi decirlo. El policía subió al pick-up y tuve que agarrarme de donde pude para no quedar al descubierto.
El auto avanzó unos treinta metros cuesta arriba, hacia el este, viró hacia la derecha y avanzó otros treinta metros para llegar a hacer alto en la esquina. Se detuvo unos 6 segundos y yo aproveché para soltarme y caer pesadamente al suelo humedo, mas bien mojado. Al ponerme de pié me di cuenta de que una niña me señalaba con la boca abierta queriendo articular algo que nunca salió. Soy de humo, le dije. La niña salió corriendo y no le dí mas importancia. Me dolía la mano derecha, entre el meñique y el dedo que esta a su lado, tenía una marca de unos dos centimetros de largo.


Aargh! Patrañas.

--Pensó el hombre.. De un solo tirón sacó la hoja de la vieja Olivetti que tenía frente a él y la arrugó. La lanzó hacia la papelera pero no acertó.

Tomó su taza de café, que estaba humeando aún, se puso de pié y se dirigió a la ventana..

Miraba la leve lluvia caer por los vidrios medio oscuros, que no permitian ver claramente sus pensamientos..

--Un asesinato? Si, pensaba. Tal vez sea mejor ésta vez..

Corrió a poner una hoja nueva en la máquina..

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