Y ahí estaba yo, sentado en la sala, bajo el gran vitral, que brillaba por su ausencia. Mirando hacia el cielo, viendo la lluvia caer y alumbrado por los relámpagos de la tormenta, y por la pálida brasa rojiza de mi cigarrillo.
Colgué el teléfono, tenía a Lucy en mi cabeza.
Y entonces pensé en ti.
Peter La Anguila
Hace 2 meses.