-Buenos días mi amor, ¿Cómo te fué anoche?-
Estuvo bien, calmado.
-Qué bueno. ¿Trajiste lo que te pedí?
Si, mujer. Aquí están las tortillas recién hechas para el desayuno.
-Muy bien amor. Ahora, platícame, cómo estuvo la noche?-
Estuvo tranquilo. El turno comenzó a las siete de la tarde, todavía había ese sol cabrón, que quema la espalda. Dios, ya estamos a finales de septiembre y todavía quema a las 7 de la tarde. Creo que ya hecho de menos el invierno.
-¿Y barandilla?-
Tranquila también. Central reportó que detuvieron a uno por acelerado, ya sabes como son los de por aquí. La gente no para la fiesta hasta el martes por la mañana, para volverla a agarrar el miércoles en la noche.
-Si, dímelo a mí. Los vecinos no apagaron la música hasta bién entrada la noche. Haber, déjame servirte. ¿Quieres café?-
Por favor, mujer. Gracias.
-¿Maíz o harina?-
Maíz mujer, haber que tal las hacen aquí.
-¿Y supiste quién era el detenido?-
Era una camioneta blanca, el tipo que la conducía se portó medio altanero. Sólo le quitaron el carro y lo metieron a la carcelita. Creo que aún no sale, o quién sabe.
-Válgame Dios, te aseguro que la mujer está bien preocupada para ahorita.-
Quién sabe, ya tenía un par de reportes por la misma causa y casi a la misma hora.
-Peor tantito. ¿Porqué los hombres se vuelven locos con un carro veloz o con unas gotas de alcohol?-
No lo sé mujer, ha de ser por la adrenalina. ¿Me pones más tocino?
-Si claro.-
Y frijoles por favor.
-Amaneciste hambriento, ¿no?-
Sabes que conducir toda la noche me cansa. ¿Y qué haría yo sin tu desayuno revitalizador a éstas horas?
-No lo sé. ¿Ir al puesto al lado de la gasolinera?-
Je, ahí no sirven comida revitalizadora mi amor. Calidad, no cantidad.
-Ándale verás, síguele de chistoso-
-¿Y a qué hora amaneció hoy?-
Hoy amaneció a las 6.20, ni muy rápido ni muy lento, todo normal. Dios, la secundaria entra a clases a las 7.30 y no quiero imaginar la cola de mujeres en autos que llevan a sus hijos a clases. ¿Sabes? No son capaces de dejarlos una cuadra antes o después de la puerta, no. Tiene que ser exactamente frente a la reja principal, como si a los muchachos les cayera mal caminar media cuadra en las mañanas, así ayudarían a Tráfico un poco. Pobres.
-¿Más café?-
Por favor.
Fíjate que la tortillería estaba vacía. No sé si era muy temprano o si ya era muy tarde, pero no había nadie comprando. Me atendieron rápido.
-Qué bueno mi amor-
¿Hablaste con tu madre?
-No, no tuve tiempo. Bueno, la verdad es que se me olvidó. Me entretuve terminando una nueva puntada de tejido. Mira. Te hice una bufanda.-
Oh, mira, me gusta el matizado que usaste. Ahora ya nomás falta que haga frío.
-Ah si, pero ya sabes que cuando llega, llega y no te da tiempo de andar tejiendo bufandas de última hora.-
Eso sí. Muchas gracias, está muy bonita.
-Qué bueno que te gustó-
Si. Bueno mi amor. Me voy a dormir. Muchas gracias por tu desayuno revitalizador.
-Síguele de chistoso y te quedarás sin merienda.-
Jaja, era sólo una broma. Haber, pare esa trompita. Ándele, ¿quién la quiere? Así mero.
-Vé a descansar ándale-
Te quiero mi chaparra. Nos vemos en un rato.
Peter La Anguila
Hace 2 meses.
2 comentarios:
Me suena muy característico de ti.
Saludos :)
El policía comprando tortillas fué verídico..
Saludos.
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