martes, 11 de noviembre de 2008

Sala de espera Part Due

El encierro de una mente aislada, sin estímulos exteriores. Cuando todo lo de afuera se acaba, los ruidos, sonidos, colores, música.
Los sentidos se apagan, deja uno de sentir, de ver y oler, de saborear y escuchar.

No hay más calor ni frío,
no hay más lluvia ni viento,
ni fuego, ni presente,
ni futuro.

Sólo pasado.

Y es lo peor.
Una mente incapaz de escapar de su propio encierro:
de sus memorias,
de sus recuerdos,
de sus vivencias,
de sus venturas y desventuras,
de todos los cafés,
de todos los tequilas,
de las horas baildas,
de las charlas amenas,
de los sueños soñados,
de los vividos,
de todos los cigarrillos,
de los tristes momentos,
de las despedidas,
de los viajes largos y los zapatos sucios,
de los pantalones rotos,
del papel manchado de tinta,
de la musica y del llanto.
De las sorpresas,
de los aciertos,
los buenos momentos y las metidas de pata,
de todas las bofetadas,
de la soledad,
de lo bonito de la vida,
de una mascota..

Del encierro mismo..
que es bueno y malo,
porque no habrá futuro ya..
sólo eternas combinaciones complejas

de todo lo que fué..
de lo que pudo ser..
y de lo que nunca más será..

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