Ya la viste?
No, hombre, no hay forma de que la vea.
Que si, mira, sigue mi dedo.
Pero donde está?
Enseguida del tobogán, entre los columpios y la caja de arena, que no la ves?
Pues no. A ver, dime de qué color es y quizá así la encuentre más fácil.
Que si de que color es? Pues de todos. Están el rojo de los raspones, el azul de las lágrimas, el café de la tierra en los pantalones, el negro del miedo a la oscuridad y todo el arcoiris de la risa.
Tantos? Pero cómo es que no la he visto? Cómo es? digo, que forma tiene?
Pues, no sabría decirte, tiene forma de trompos y canicas, de una muñeca de trapo y de la bebeleche.
No sé. Mira, mejor déjalo así.
...
Que triste, no hermano?
Qué cosa?
Eso de estar tan ciego, ya sabes. A lo mejor es por haber crecido.
De qué hablas?
A mi también me lo harán?
Hacerte qué? No te entiendo.
Eso de taparme los ojos con preocupaciones tontas y no poder ver la felicidad.